Cuba, realidad oblicua

Cuba, realidad oblicua

En Cuba, realidad oblicua asistimos a un ejercicio de extrañamiento y al mismo tiempo de reconocimiento, desde la ocupación de un espacio de autonomía ganada a la homogeneidad del relato oficial. El artista, utiliza su lugar de beneficio para entrever zonas oscuras o para explosionar desde lo extraordinario la normalidad de lo habitual. Todo redunda en ambientes difusos o transfigurados, donde se advierte una relación oblicua con la realidad social o con el entorno vivencial del creador.

El ensayo como plataforma de prueba y error sirve para testimoniar el avatar de un proceso creativo y la posibilidad del fracaso o de la desidia como horizonte de nuestros esfuerzos. La experimentación es aquí, un acto de fe. Estas motivaciones las encontramos en el performance coral participativo dirigido por el compositor Luis Alberto Mariño.

En la serie fotográfica de Juan Pablo Estrada, la realidad del paisaje puede transmutarse en surrealismo cotidiano, siempre a través de los rostros mismos o desde asociaciones tan inesperadas como sutiles.

Apelando al universo de los libros para niños, Camila Ramírez construye estos libros ilustrados, donde intenta subvertir los estereotipos y la solemnidad con que se acostumbra a aprehender la Historia y generar un imaginario social y político propio.

Referencias a la literatura hacen la serie de acuarelas de Lester Alvarez y la animación de Corazón de perro de Louis A. Aguirre. Las acuarelas son creadas a partir de referencias a la noche y en especial a sueños narrados dentro de la literatura cubana publicada posteriormente a 1959 y el story board dialoga con el universo de Bulgakov e incorpora la visualidad expresionista del propio artista. El reino irracional de los sueños dinamita cualquier relato organizado y totalizador del poder.

La selección de videos, reúne artistas cubanos de varias generaciones. En las obras se muestra una lectura peculiar de la imagen y la creación audiovisual, en diálogo con referentes estéticos o la historia política cubana. Resalta el trabajo con el sonido, que marca el tono del relato visual y nos guían en la comprensión de su sentido.