En 1995, la Ópera de Bonn, en Alemania, solicitó a Cuba una ópera para conmemorar el centenario de la muerte de José Martí. Según el testimonio de Rafael Almanza, el maestro Harold Gramatges pasó el encargo a su discípulo Louis Aguirre, y entre este y el devenido libretista Almanza, concebirían Muerte de Homagno, sobre la leyenda recogida por Froilán Escobar en su libro Martí a flor de labios, comentada en este espacio con anterioridad. Desconozco si tal hazaña tuvo un precedente en la isla, en la que composición y libreto recayeran en las manos de hombres de la patria, sobre un tema patriótico, épico, además. Lo cierto es que no llegó a estrenarse y, peor, ni siquiera figura en el catálogo actual de las obras de Aguirre. Un reciente cuento de Almanza rescata la anécdota, invicta, encantadora. Bien: la ópera falló; pero de su concepción surgió la idea de la Peña del Júcaro Martiano, que lleva acumulando victorias en el arte y en el pensamiento libre de los cubanos por un cuarto de siglo.
Lo que sí llegamos a escuchar en 1995 fue la obra de Aguirre La Anunciación de la Virgen, de tema eminentemente católico, para concelebrar el performance que hoy entendemos como la primera Peña. Así, sin el soporte expedito de las ponencias que caracterizarían al evento en lo sucesivo, sino como una conjunción perfecta de cultura e historia, nació un espacio independiente de la ciudad de Camagüey en el que el arte sería privilegiado, protagonizado por creadores y amantes de todas las manifestaciones artísticas.
Desde luego, hay un arte del testimonio —fotos, videos, audios— que podría hablar por sí mismo y contarnos esta historia con su particular lenguaje; como también un arte que es vehículo para el homenaje en las Peñas, del que ya hemos hablado. Pero quizás lo más significativo sea el hecho de que la Peña fuera escogida por muchos creadores para exponer, y en ocasiones ensayar, sus creaciones, lo que convirtió al espacio —sobre todo después del cambio de sede de la Iglesia de la Merced a la casa de Almanza en Rosario 220— en escenario, auditorio, galería, sala de proyecciones y environment para la realización personal y la intelección colectiva.
Como que ser cultos es el único modo de ser libres, estos maestros han querido guiarnos en el camino de la libertad que es la cultura, con sus obras exquisitas. Así en 2001, el escritor y trovador camagüeyano Saulo Antonio Fernández, tras exponer una tesis —Génesis de un poema eterno— en la que demostraba el origen de un poema de Martí en un cuadro del pintor francés Jean-Charles Cazin, deleitó al público de la séptima Peña con trovas de su autoría. Lamentablemente, la tecnología con la que contábamos en la época no nos permitió registrar el momento, como tampoco la audición, dos años después, de otra pieza musical de Louis Aguirre, Dos Patrias, aria sinfónica de explícito referente martiano con la que quedó inaugurada la novena edición del evento. En sucesivas ocasiones la Peña sería revisitada por la música que, desde su inauguración en el ’95, se convirtió en ritual para dar comienzo a estos encuentros. Obras de inspiración martiana fueron interpretadas por el compositor y guitarrista Justo Triana Moya en más de una oportunidad, además de las piezas antológicas del maestro Gramatges. En 2004 Aguirre volvería a deleitarnos, esta vez con la audición de su Yalodde.

En 2005 la plástica de la prominente generación de artistas camagüeyanos iniciaría sus aventuras en la Peña con la exhibición y comentarios de la obra El ruso renovará, de Marya Yabórskaya, especie de referencias cruzadas de temas culturales rusos, plasmados en el lienzo por esta artista cubana, descendiente de esa nación. Era la edición número doce del evento, en la que además se habló de la Aproximación martiana a la cultura china, en una ponencia memorable de Manuel Castro.

La casa del alibi se estrenó como documental de la autoría de Eliecer Jiménez Almeida en la Peña 17. Basado en una reconstrucción hecha por Cintio Vitier de un poema de José Lezama Lima sobre Martí, el material de poco más de trece minutos recoge varios momentos del performance homónimo que había tenido lugar un año antes (2010, Peña 16) para homenajear a Lezama en su centenario. Fue el comienzo de una producción audiovisual concebida en el ámbito del Júcaro Martiano y la concelebración de amigos, artistas del video o no, que en aquella misma ocasión bosquejaron el proyecto de documental Con todos y para el bien de todos.
En 2012 (PJM 18) Eliecer Jiménez repitió como videasta con el estreno en la Peña de Arte soy, sobre los falseamientos de la imagen icónica del Apóstol. En esa edición, además, y en perfecta congruencia con el video, la casa de Rosario 220 se convirtió en espacio galerístico para acoger la exposición Después del matutino, del fotógrafo Nolbert García Ramos, con fotografías presentadas y comentadas por Almanza en torno al mismo tema de la imagen martiana, repetida hasta el agotamiento del símbolo.

Un año después, en 2013, la sinergia de los peñistas hizo posible el monumental performance Su rastro breve, sumatoria de artesy saberes humanos que su creador, Almanza, concibió bajo la forma de un juego de abalorios de inspiración hessiana. Como ya hemos comentado aquí esta apoteosis de la creación y la participación colectiva acontecida en la decimonovena Peña, seguiremos adelante solamente remarcando el hecho de que este suceso fue significativo para la idea de celebrar, a partir de 2015, una segunda sesión del evento, con la intención de repetir cada verano esa pluralidad conquistada con el aforo y el ánima de nuestros compatriotas.
Si en aquel performance se exhibieron nada menos que siete audiovisuales, todos del sello Videos de Homagno y la autoría de Almanza, el video seguiría siendo una de las manifestaciones artísticas primadas de estos encuentros. El propio Almanza nos regaló en 2015 Desde el sueño, un poema-video sobre su himno homónimo, dedicado a la memoria de Samuel Feijóo, a quien la vigésima Peña homenajeaba en su centenario. En ese año, pero en agosto, se estrenarían los materiales de dos de los colaboradores cercanos de Almanza, y en la actualidad maestros del video: The big dream, de Kevin Ávila, muestra el performance Crimea es del que más mea, con el que Almanza intervino la exposición colectiva Cualsea, que tuvo lugar ese año en Camagüey con la participación de varios de los asiduos a la Peña; Última cinta, de Adrián Curbelo, glosa una pieza teatral de Samuel Beckett, con la economía de recursos que es característica de este artista de la plástica.

Antes de concluir el 2015, año atípico por la celebración de tres Peñas, los asistentes a la sesión de diciembre pudimos disfrutar de la exposición de poesía visual Teatro Universal II, con la que Almanza daba continuidad a la muestra que se había desarrollado en La Habana un año antes. Al igual que en aquella, aquí se pudo ver varios de los poemas-objeto y videos de su creación; el himno De las consignas repletó una habitación de la casa, a la que los invitados accedieron tras el “performance de los avioncitos”; aviones de papel que contenían poemas en su interior. Esa misma noche Léster Álvarez, otro de los reconocidos videastas del patio, proyectó su video La vitrina que cae, en el que se documenta el performance de igual nombre estrenado en un festival habanero. Fuera del programa, el compositor Luis Alberto Mariño reprodujo los movimientos de su obra La inauguración, cinco preludios para trío de cuerdas, concebidos para musicalizar una pieza teatral de Václav Havel, cuya puesta en escena había tenido lugar en Cuba ese año, por primera vez.

El ballet llegó a la decimocuarta Peña por iniciativa de la bailarina y coreógrafa ecuatoriana Cristina Tacuri. La india cubana fue un performance bailado con la música de La bella cubana, de José White, concebido por Tacuri para dar comienzo a aquel encuentro.

En el verano de 2017 la Peña celebró nada menos que un Guateque por Landrián, especie de performance continuo que abarcó varios momentos y manifestaciones artísticas para homenajear al cineasta cubano Nicolás Guillén Landrián. Con la presencia de Osiel Romero Labañino, protagonista del filme de Landrián Ociel del Toa, los poetas Almanza, Mario Ramírez y Justo Triana entonaron décimas al invitado glosando le letra del Punto Cubano, son popular que sería bailado en el cierre por una pareja de peñistas conformada por el propio Ramírez y la curadora de arte Anamelys Ramos. En el centro del programa se proyectó el documental y los espectadores pudieron interrogar al protagonista del emblemático filme, quien aportó, como era de esperar, nuevas luces y misterios en torno a la obra de Landrián y sus significados. Cabe mencionar que en aquella ocasión dos de los asistentes fueron el poeta Francis Sánchez y el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, cuyos poderosos comentarios enriquecieron uno de los debates más interesantes en la historia de las peñas.

La vigesimoséptima edición de la Peña contó con la presentación del folleto Noticias, ilustrado por la artista Camila Ramírez Lobón, sobre un texto de Almanza que presagia la investidura presidencial en una futura Cuba democrática. La lectura del texto fue la antesala a otra noticia grata en ese año, la del lanzamiento de la página web de Almanza, Candil en lo alto, cuya estética podríamos catalogar como un logro del arte del diseño digital, explicado por el web designer Luis Carlos Hernández Castillo. El colofón en esa oportunidad fueron las Trovas de Ignacio Martínez de la Cruz, que fusionan lo mejor del cancionero español contemporáneo con la llamada nueva trova cubana, en este trovero cubano radicado en España.


En 2019 acaeció la última de la Peñas realizadas en esta primera etapa que comprende un cuarto de siglo desde 1995. Interrumpidos por la Seguridad del Estado, que había ejercido presión desde el encuentro anterior, el 31 de agosto sólo fue posible completar la primera parte del programa concebido para la vigesimonovena Peña. Restaba, pues, la esperada ponencia del artista José Manuel Mesías, quien se había trasladado desde La Habana para exponer a los peñistas Un cauri para Martí: historia y mito. Dos días después, y a pesar de la notificación de la policía política de que el evento quedaba clausurado “para siempre”, un grupo de personas nos volvimos a reunir en Rosario 220 para escuchar a Mesías. El artista se había presentado en la casa sitiada ese sábado, y le fue prohibido el acceso a la vivienda bajo amenaza de arresto, por lo que retrasó su estancia en la ciudad para hablarnos de su obra plástica, y en particular de una pieza que guarda relación con Martí.Exponente de esa tendencia del arte contemporáneo que algunos críticos llaman historicista, Mesías desplegó un interesante discurso en el que arte e historia se entremezclaban, apoyado por imágenes de un elaborado e inteligente esteticismo.
Con la promesa de una nueva visita y exposición, cerraba de manera simbólica este capítulo de la Peña del Júcaro Martiano, invitándonos a reflexionar sobre la realidad del arte como vehículo para la libertad. Queremos ver en esto un presagio de lo que fue el año 2020 en Cuba, con el despertar cívico de los artistas, reunidos en Peña Nacional y conectados por el espíritu libre del arte. Las voces de dos de nuestras peñistas, Anamely Ramos González y Camila Ramírez Lobón, encabezaron las protestas que marcarían un precedente en las luchas sociales del país.

Coda
Es válido señalar que la presencia de artistas y sus obras en la Peña no ha sido la única vía expedita para abordar la temática artística en este espacio. Nos complace haber contado entre los ponentes y partícipes activos a varios críticos e historiadores del arte, cuyos aportes a la visión cultural de Martí nos parece invaluable. Antes de ser publicados en la revista Islas, Saulo Antonio Fernández nos develaba la Génesis de un poema eternoen la séptima Peña y en la novena nos habló de La pintura barroca y renacentista en Martí. Ya mencionamos más arriba la erudita ponencia con la que Manuel Castro desentrañó la Aproximación martiana a la cultura china, en la Peña 12. Axel Li, uno de los fundadores del evento y de los de mayor número de intervenciones, expuso en la octava Peña su ¿Paisajes de Martí? y más recientemente, en la Peña 26, Iconicidad de Martí, con una recopilación de obras de arte y representaciones visuales de la imagen del Apóstol.

Camagüey, Cuba, 1994 / Escritor
Graduado de Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica por la Universidad Central de Las Villas en 2018. Es poeta, editor, crítico y periodista. Autor del poemario Corolarios, Ediciones Homagno, Miami, 2019. Colaborador de las revistas La Hora de Cuba e Hypermedia Magazine. Organizador de la Peña del Júcaro Martiano en su sesión de verano. Editor de Ediciones Homagno.